Y llegaron las fiestas

Inevitablemente, mareados por el consumismo que nos invade pese a las crisis, el paro y todas las calamidades que diariamente nos azotan, inevitablemente repito, llegan las "entrañables" fiestas navideñas.
He señalado en cursiva lo de "entrañables" porque a mí personalmente no me llegan a mis entrañas, sino que, muy al contrario, se me hacen empalagosas, y me fastidia la hipocresía que las rodea, obligándonos a aceptar con la mejor sonrisa personas y cosas que, el resto del año, procuramos evitar, pero reconozco que yo soy el menos indicado para criticar por ello a nadie.

El caso es que llevo varios días pensando en como dejar aquí una felicitación para estas fiestas, sin incurrir en ese cúmulo de mezquinas rutinas tan al uso.

En primer lugar quiero decir que mi felicitación es para mis fieles seguidores y lectores que me han dado su confianza y me siguen y aconsejan durante la todavía corta vida de este blog. Pero más que felicitarles, me autofelicito yo por tenerlos ahí, tan lejos pero tan cerca, sentir su aliento diario, sus consejos, sus agradecidas muestras de afecto al trabajo que intento volcar en unas líneas. Por ello, tras esta autofelicitación, lo que quiero es desearles lo mejor, que se conviertan en realidad sus sueños, seguro de que si así es, todos saldremos beneficiados, pues me han demostrado ser personas que, por encima de sus intereses, anteponen el de los demás.

De verdad, de corazón, desde mis entrañas: FELICIDADES AMIGOS!!! y paciencia para seguirme leyendo....