Les gusta mi poesía
lunes, 17 de marzo de 2014
Libro publicado
Este es el primer libro que edito con mis obras, recopilando algunos de los muchos relatos, ensayos y poemas que a lo largo de 5 años he ido publicando en este blog.
Los amigos, familiares, conocidos y fans que estén interesados pueden pedirme un ejemplar, pues dispongo de varios, a precio de coste (5 euros).
El que lo desee, que me envíe un mail a la dirección genialsiempre@gmail.com y yo me pondré en contacto con él.Gracias por vuestro interés
martes, 4 de marzo de 2014
Al servicio del cliente
Había sido un día inmejorable, el
grupo lo integraban 5 mujeres (una de ellas mi esposa) y yo. Todo el que preguntaba por lo extraño de esta
composición le decíamos que éramos un grupo de mormones y que estaba disfrutando con mis esposas de
un merecido descanso, y aprovechábamos para hacer senderismo.
Por la mañana la ruta fue larga y
algo dura, por el desconocimiento del terreno, pero valió la pena, pues el
lugar elegido resultó una maravilla. Al llegar al campamento base (casa rural
para seis personas con todo tipo de
comodidades), tras la ducha pertinente de todo el personal, se procedió a un
copioso almuerzo a base de las viandas y ambrosías que cada elemento del grupo
había preparado para tal ocasión.
Luego unas horas de descanso,
dedicadas a la lectura y al sopor, fruto del esfuerzo del día.
A eso de las ocho de la tarde
recordé que jugaba ese día mi equipo favorito, y el partido lo transmitían en
directo por el único canal que no cogía el televisor de la casa rural. Con tamaña
excusa me acerqué en solitario a la cercana “Taberna de los Vientos”, local que
ya habíamos conocido el día anterior y que estaba singularmente solitario, pese
a que lo regía un matrimonio solícito y encantador.
Así que allí estaba yo
disfrutando del partido, que mi equipo vencía con claridad, dado que era el
único cliente de la taberna, cuando irrumpieron las cinco mujeres dispuestas a
romper ese equilibrio mental en el que placenteramente me había sumergido.
Como el partido estaba ya en sus
finales y carecía de emoción por la amplitud del marcador, y dado que ellas
habían ya pedido al tabernero vino para todos y algunas tapas muy apetitosas,
decidí unirme al grupo y disfrutar de las chanzas y ocurrencias de cada cual,
además de debatir sobre la ruta del día siguiente, apoyados en los sabios
consejos de la tabernera, que además era
guía local de rutas y senderos.
Mientras tanto había llegado a la
taberna una joven pareja que mostró su contrariedad por no poder ocupar la mesa
cercana a la chimenea, que era la que usábamos nosotros, pero se aposentó en
otra paralela y próxima a nuestro grupo. Muy discretamente y sin quejarse de
nuestro alboroto, hicieron su pedido y se dedicaron a cenar tranquilamente.
Cuando ya pensamos en recogernos
y fuimos a llamar a la propietaria para
pedir la cuenta, coincidió en el mismo momento en que la pareja, quizá
con idéntico fin, requería su presencia. Por ello una de nuestras compañeras,
al ver que pretendía atendernos antes a nuestro grupo, le dijo textualmente e
intentando aportar amabilidad a la situación, “No, acaba primero con ellos, por favor, y luego ya nos atenderás”.
Lo que no esperábamos nadie es
que la tabernera en un afán de complacer
al cliente llevado al límite máximo, sacara de entre su ropaje, una pistola Baretta,
calibre 32 y les descerrajara a la pareja sendos tiros en la frente, para luego
con la mejor de sus sonrisas dirigirse de nuevo a nosotros, bolígrafo en mano
presta a anotar nuestras demandas.
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