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jueves, 30 de octubre de 2008

EL OLOR DE LA EDAD

¿Habéis reparado alguna vez en el olor de las personas a lo largo de su vida?. Me parece justo hacer un comentario sobre lo que yo he llamado “el olor de la edad”, espero disfrutéis de él.

- El bebé, en sus primeros meses, huele a leche materna, polvo de talco, Nenuco, a mierda a veces, pero a mierda infantil…
- El niño en sus primeros años, huele a chicle, caramelo, champú antipiojos, Cola Cao, nocilla, barro…
- El adolescente en sus primeras citas, huele a loción, fragancias, nervios, sexo, pizzas, …
- El joven veinteañero huele a deporte, sudor, riesgo, ansia, disconformidad, energía, universidad, papel …
- El adulto maduro ya, huele a responsabilidad, trabajo, cerveza, amigos, conversación, tabaco, familia, libros, velocidad,…
- La madre de familia, huele a trabajo doméstico, hogar, limpieza, cocina, café, cansancio, televisión, aburrimiento, soledad,…
- El abuelo/a en sus primeros años de jubilación, huele a nietos, a sonrisa, experiencia, ayuda, descanso, paz, buen vino, …
- El anciano, en sus últimos años, huele a resignación, dolor, frustración, recuerdos, enfermedad, orín, medicinas, conocimientos, ausencias, incluso a muerte.

Seguro que se os ocurrirán muchos más olores en cada etapa de la vida, yo me he limitado a enumerar los que se me han ocurrido. Pero si hay que denominar “el olor de la edad” ¿lo haremos con el conjunto de olores o a alguno de ellos en particular?, yo me inclino por el olor del anciano, porque es el único que contiene en si mismo todos los olores anteriores y, si los ha sabido retener, es capaz de recordarlos cuando le apetezca.

José María

domingo, 26 de octubre de 2008

Reflexiones

Toda mi vida pensando que reflexionar era hacer dos flexiones, y así lo llevaba a cabo diariamente, con total meticulosidad. Cuando decía a mis conocidos que yo todas las mañanas lo primero que hacía era reflexionar, me miraban con cara extraña, pero nunca le dí importancia. Peor para ellos si no hacían. El otro día asistí a un cursillo de la empresa y el monitor nos pidió un "brainstorming", o sea, añadió "una profunda reflexión, un pensamiento acerca de lo que hemos estado debatiendo". Yo esperaba que todos mis compañeros se pusieran al unísono a hacer ejercicios físicos, pero no, nadie se levantó de sus asientos, hincaron los puños en los mentones y....!pensaban!.

Una vez descubierto mi equívoco, aprovecho para citar algunas reflexiones que me han surgido a la luz de este nuevo contenido:

- Mi vecino dice que ha pintado toda la casa a pistola y que le ha quedado de maravilla. No sé porque tiene que intimidar al pintor, pero, llegado el caso, si no le hubiese gustado ¿habría llegado a dispararle?.

- Este vecino es un poco raro. Todas las mañanas sale el matrimonio a correr por el parque cercano. El domingo les ví desde mi ventana que regresaban discutuendo. A través de las finas paredes del apartamento se escucha con frecuencia las conversaciones, sobre todo si, como en este caso, se eleva la voz inusualmente. Ella salió de su dormitorio dando un portazo, y él dijo alto y claro "!so foca!". En el acto ella irrumpió de nuevo y le dijo "¿qué me has llamado?" y él demostrando una habilidad que no le creía capaz, respondió "¿llamarte?, decía qué sofocado vengo hoy de la carrera con este calor y la discusión, voy a darme una ducha".

- Mi mujer siempre dice cuando se arregla para salir, que como ella ocupa el cuarto de baño, que yo me mire en la luna. Así llevo años saliendo a la ventana a observar la luna, aunque nunca adiviné que relación tenía con mi aspecto físico, hasta que un día, por si acaso, decidí no ponerme la corbata que ella me había preparado, como siempre hace, con tanto amorcito... Al abrir el armario observé que en la contrapuerta hay un espejo de cuerpo entero, y entonces comprendí lo que ella me quería decir. !Es que soy de un dejado..!

- Y hablando de la luna, ¿han pensado ustedes de donde sacará dinero para salir todas las noches?, con lo caro que está todo y la crisis y todo eso. Alguien me dijo que del firmamento. No sé si habrá cajeros automáticos por allí arrriba, o se refieren a alguna nueva tarjeta de crédito que firma un tal "mento".

- El mismo vecino de antes, cambió la otra noche de costumbres, por una vez, y salieron a correr de forma nocturna. Al volver le dijo a su mujer, "ya verás como cojemos la cama con deleite y fruición", a lo que ella respondió algo así, "por favor pepe, sabes que para sexo en grupo me gusta prepararme primero". ¿no es para pensárselo?.

Bueno, seguiré reflexionando en otro momento.

Jose María

sábado, 18 de octubre de 2008

El tocólogo

Ahora que he estado asistiendo al nacimiento de una nueva criatura, me ha venido a la mente esta palabra, hoy en desuso, pues quiero reivindicarla con otro significado más práctico.

En origen esta palabra era usada por la medicina para describir a los expertos que se ocupaban de ayudar a la madre en traer las criaturas al mundo, pero hoy día, ha sido prácticamente sustituida por la de ginecólogo y obstetricia. De esta segunda no merece la pena decir nada, porque la palabra me resulta lo suficientemente fea como para no mencionarla, de hecho ninguna mujer he oido decir "voy a la consulta del obstetriciaco"; viene del latín, quiere decir algo así como "en espera de "..y se aplica a los partos porque se hacen esperar, en fin todo un cúmulo de eyaculación mental para el insigne doctor que la aplicó. De la ginecología, tampoco es para esperar mucho, pues viene del gineceo, es decir de la parte femenina de las flores: queda más fino, pero está exenta de contenido. Pero en fín, ya se sabe que el corporativismo médico reina por sus fueros, y si ellos han decidido llamarse así, pues para ellos ambas palabrejas, pero, por favor, libérenme la tocología.

La tocología, como se desprende literalmente, es el arte de tocar, y eso se aplicaba a los médicos que "palpaban" la criatura durante el embarazo para cerciorarse de que todo iba bien. Hoy día, esa función la realizan las máquinas, scanners, ultrasonidos y otras técnicas nos dan hasta la foto del feto cuantas veces se desee, quizás por ello la ciencia de tocar se ha ido olvidando. Pero mi propuesta es ¿porqué no aplicamos esa ciencia al resto de las personas humanas, no solo a los médicos?, ¿y porqué no para todo el cuerpo y no solo al embarazo?. Podemos tocar torpemente o con gran habilidad. Yo doy fé de que muchas mujeres me han felicitado por lo bien tocadas que han sido, por lo que creo que no me costaría mucho sacarme el doctorado, por que eso sí, debería ser una especialidad de alguna carrera universitaria, quizás filosofía, no vaya a ir por ahí tocando todo el mundo, habría que cuidar el intrusismo, y por supuesto fundar un colegio oficial de tocólogos a la primera oportunidad.

Tampoco se piense el lector que es una carrera exclusiva para hombres. De eso nada, estoy seguro que las habilidades de una buena tocóloga pueden hacer feliz al varón más reacio, por lo que cumpliría con las exigencias de la ley de igualdad que tanto preocupa a nuestros próceres.

Pretendo empezar una campaña de recogidas de firmas para enviarlas a la Real Academia de la Lengua, con el fin de que cambie el significado de la palabra en el Diccionario, pero para ello espero vuestra inmediata reacción a este breve ensayo ¿que os parece? ¿me respaldaríais?

Quedo a la espera de vuestro atentos comentarios. Gracias por anticipado.

José María

sábado, 11 de octubre de 2008

Para Unay

Bueno, gracias a todos los que os habéis interesado. La criatura nació ayer, en perfectas condiciones, tras una larga espera hospitalaria. A él dedico estos primeros versitos, que solo son un adelanto de lo mucho que me va a inspirar en el futuro:

Has nacido entre llantos
estás hambriento
todos los que te miran
están contentos
tú buscas esa teta
tan milagrosa
que te dá alimento,
te dá sustento
Ya hay un nuevo miembro
en nuestro mundo
recemos porque tenga
un vivir profundo
que nada le haga daño
que nada falte,
que viva muchos años
que tenga arte.



Jose María

viernes, 3 de octubre de 2008

La vehemencia

Ante todo tengo que avisar a mis amigos que debido a que la naturaleza quiere hacerme abuelo, pese a mi resistencia, me encuentro desplazado en las islas Canarias. De hecho os escribo desde un ciber que he encontrado, pero esto puede provocar que durante este mes de Octubre no pueda colgar mis textos con la asiduidad deseada. Mientras tanto os dejo este breve ensayo titulado " La vehemencia":

La vehemencia, para definirla no es preciso acudir al diccionario, cualquiera sabría decir que es sinónimo de insistencia, la repetición constante de un argumento. Ahora bien, si estudiamos la palabra con la lógica descomposición etimológica, nos resulta: vehe - mencia, lo cual significa:

- vehe: Imperativo del verbo ver (vee, veamos, vea), si bien con el paso del tiempo la segunda persona perdió la segunda vocal a cambio de acentuar la primera (vé). En el caso que nos ocupa aparece una "h" muda que no aporta nada al significado original (ver, mirar).

- mencia: pueblo de Córdoba, tipo de uva de origen gallego.

La unión de estas dos palabras en una sola, parece rememorar significados árabes, cuando sus últimos caudillos que no supieron defender el reino de Al-Andalus, se dedicaban en su huida a divisar desde alguna cumbre cercana el reino que abandonaban. (ej. Boabdil en Granada desde el famoso Cerro del Moro). Quien sabe si sería ese mismo Boabdil, quien previamente llorando al perder Mencía y contemplar sus viñedos desde algún cerro cercano, escuchaba decir a su madre "Vee Mencía, y a ver si vuelves algún día", o alguna otra frase histórica semejante, insistiendo en sus críticas maternas.

Los derivados de esta palabra son también significativos, así el adjetivo vehemente (ver mente),
podría aludir a la necesidad de insistir en los argumentos expuestos, toda vez que se percibe en la mente de la persona con la que se coloquia que su resistencia se debilita y que nuestras razones repetidas le harán cambiar de opinión.

El adverbio derivado es de lo más curioso "vehementemente", porque es la única palabra que repite dos veces la terminación adverbial "mente", es decir lleva ella misma en su composición la idea que quiere transmitir, la insistencia, y permite formularla de maneras diversas (vehementedos, vehementebis, miradosveceselcerebro...).

Bien para finalizar parece recurrente escribir un par de estrofas que nos ayuden a usar este vocablo:

Te quise con vehemencia
y mantengo la querencia
pues hay que ser muy demente
para mantenerse ausente
a mis ruegos vehementes
a mis caricias latentes
a amar vehementemente
sin importarnos la gente.

Lo siento, no son muy buenas, pero es difícil incluir sustantivo, adjetivo y verbo en un poema corto, espero lo juzguéis con clemencia, sin vehemencia.

Ah! y aquel que tenga una idea mejor, que la escriba aquí, se agradecerá su colaboración.


José María